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Yo elijo cuidarme

03/05/2018

Hace poco más de un año decidí que algo en mi vida tenía que cambiar, demasiado estrés, demasiada comida rápida, demasiadas prisas, demasiado cansancio.

Para mí los meses de mayo y junio son los peores del año,  son los que más trabajo tenemos porque se juntan varios eventos y parece que el mundo se acaba cuando llega el calor.

 

Me di cuenta de varias cosas: la primera es que mi “yo estresado” afectaba a mi relación con los demás, estaba malhumorada, constantemente cansada, con muchos dolores de cabeza y sin poder seguir el ritmo a mis hijos. Hasta que me dio una “crisis”, que en mi caso son de vértigos… dos o tres días en cama te dan mucho que pensar, así que decidí que algo tenía que cambiar.

Y el cambio tenía varios puntos claves: moverme, comer mejor, empezar a cuidarme y gestionar mejor mi tiempo. 

Para el primer punto me ayudó mucho mi amiga Mónica, nos fuimos motivando mutuamente y empezamos a quedar para andar antes de recoger a los niños del colegio. Así estuvimos casi todo el curso, hasta que sus horarios cambiaron y ya tuve que empezar a hacerlo sola. Eso sí, algunos domingos madrugamos y nos escapábamos un rato.

Estas salidas a andar eran terapéuticas por el ejercicio que hacíamos y por darle a la “sin hueso”. Así nos desahogábamos del estrés diario, de la casa, de los niños… ¡mano de santo! ¡Si hasta nos hicimos la carrera de la mujer! Vaya experiencia… creo que hay que vivirla una vez en la vida como mínimo.

Poco a poco empecé a cogerle el gusto y cuando tuve que empezar a hacerlo sola me animé a empezar a mezclar andar  y correr. Todo el mundo me decía que me animara, que era muy desestresante y que me vendría fenomenal ¡y tenían razón!

Me costó “la vida” coger ritmo pero al final lo conseguí. Cuando conseguí correr mi primer kilómetro de tirón sin parar no sabéis lo importante que me sentí….Poco a poco he ido avanzando y ya consigo correr más, no podría considerarme una “runner” pero al menos un intento de… lo que he conseguido, además de superarme a mí misma, es encontrar una manera de desconectar durante el tiempo que estoy corriendo ¡y me viene de lujo!

Lo que peor llevo de correr es que me he acostumbrado a ir de pantalón corto cuando voy a hacer deporte y soy una maniática de la depilación, así que he tenido que volver a plantearme el tratamiento láser para olvidarme del tema de una vez. Empecé antes de quedarme embarazada del mayor, pero se me quedó a medias ¡toca terminar lo que empecé!

Otra de las cosas que me propuse fue empezar a comer mejor, junto con unos amigos hicimos la “el reto de la báscula” y conseguí quitarme varios kilos que me sobraban ¡y todavía me queda! Pero lo más importante es que empecé a comer mejor, más tranquila, con las comidas más pensadas… y eso también lo ha notado mi cuerpo. Nada como organizarse para no caer en la comida rápida.

Mi conclusión después de un año “y pico” cuidándome más es que comiendo mejor y haciendo algo de deporte que te ayude a desconectar, tu cabeza va a funcionar mejor y va a ser más difícil entrar en colapso.

Si además le añades que por fin el pequeño duerme toda la noche, mi cara de estrés y mis ojeras han mejorado este año, ya no son tan de oso panda. Mi sueño sería acabar con ellas para siempre y para ello me han hablado de la micropigmentación ¡dicen que permite camuflar las antiestéticas ojeras durante varios años!

Definitivamente, viendo cómo me encuentro mejor y  cómo estoy disfrutando más de los ratos con los peques porque tengo muchas más energías, puedo compartir momentos divertidos con ellos  y me siento más ligera ¡estoy encanta con el camino que he tomado!

Y además… llego a la carrera del próximo domingo con más energías, más en forma y con muchas ganas de volver a disfrutarla como el año pasado ¡pero este año haré el máximo recorrido que pueda corriendo!

¿Y tú? ¿Te apuntas a moverte?

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compras, desaforos, maternidad

Un minuto al día para tí (y sorteo)

07/01/2016

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El día a día nos come, vamos corriendo a todas partes, nos levantamos a golpe de despertador, preparamos desayunos, nos vestimos (y les vestimos) y a correr: al cole, al trabajo, otra vez al cole, que si el baño que si las cenas…. y de repente se ha acabado el día. Y así toooodos los días.

Hay tiempo para los peques, para tu chico, para el trabajo ¿y para ti?

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De vuelta… por fin

10/09/2013

Lo sé, dije que no tardaría mucho en volver, y me ha costado. Llamadlo falta de inspiración  o falta de energías. El final de curso fue duro, muy duro, por temas profesionales y por temas -familiares, y el cansancio físico y emocional que acumulé durante los últimos meses han sido los que han provocado que lo último que retomara fuera mi loco mundo desaforado.

Pero aquí estoy, de vuelta, un año más. En realidad, nunca me he quitado la costumbre de que el año comienza en septiembre, como los cursos escolares. Supongo que tendrá que ver con que viene después de las vacaciones, y ahí es cuando reflexiono cómo ha ido el año, qué cosas tengo que cambiar y qué cosas tengo que mejorar.

Dejando de lado las mejoras o cambios del lado profesional, en cuanto al personal, y para intentar evitar acabar como en julio, he tomado una serie de decisiones.

1. Ordenar mis prioridades: la balanza familia-trabajo no puede estar tan descompensada. En los últimos meses todo se había inclinado hacia el trabajo, porque la situación así lo requería. Hasta que empezaron a pasar cosas que me hicieron comprender que como mínimo hay que tenerla equilibrada y si tiene que tirar hacia un lado, que sea el familiar. Me cuesta mucho que pase esto, porque admito que cuando me centro en algún tema de trabajo, doy todo lo que puedo y más, aunque tenga que quitarlo de otro lado.

2. Cuidarme más, pensar un poco más en mí, no terminar agotada (o al menos intentarlo) todos los días, porque eso ayudará a que la balanza anterior esté más equilibrada. Comer mejor (que no más), moverme, andar, dejar de estar todo el día pegada a la silla.

3. Ser más ordenada en las tareas, organizar los temas que tengo que tratar y centrarme mucho más. No dispersarme. Os pondré un ejemplo: no puedo parar todo lo que estoy haciendo por contestar un correo que en realidad no es ni urgente, por cumplir. A partir de ahora, cada cosa tiene su horario: “mailing”, diseño, programación, reflexión…. antes trabajaba así y me funcionaba mucho mejor.

4. Perder menos tiempo en las redes (estoy ya lo estoy cumpliendo desde el verano): no desaparecer, pero teniendo tantos asuntos pendientes, dedicarle un ratito… no todo el día. Por lo mismo, porque si no me disperso y no rindo. Aprovechar los ratos de descanso, de espera, etc…

5. Seguir mi camino: este propósito es una de mis máximas, hasta hace un tiempo estaba mirando de reojo siempre lo que hacían los demás, grandes y chicos, si les iba mejor, etc… he decidido que no, que mi camino es el mío, no el de los demás, y seguiré el rumbo que llevaba, me da igual lo que hagan otros, lo que comenten, lo que piensen. Me equivocaré muchas veces, volveré atrás, rectificaré, me caeré y me levantaré, pero será mi camino, no el que las acciones de los demás me lleven coger.

prioridades

Respecto a ordenar mis prioridades, el blog es una de ellas, pero tengo que “colocarlo” en su sitio. El ritmo que llevaba al principio (de publicar todos los días) no puede seguir, porque al final se convierte en una obligación, a veces llego forzada y otras no llego, y lo que no quiero es dejaros medias.

He decidido que voy a publicar dos o tres veces a la semana. Como mínimo las secciones que más os gustan: Martes Deco y Jueves emprendedor. Os seguiré contando las propuesta que hago, las historias de otros y mi experiencia emprendiendo. Habrá otro día, si no siempre, casi siempre: con DIY, propuestas, cosas bonitas, planes…. os dejo que me ayudéis y me digáis de qué os apetece que hablemos….

Y para vosotros… ¿en septiembre también empieza un “nuevo año”?

¡Feliz Martes!

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De vuelta… por fin

10/09/2013

Lo sé, dije que no tardaría mucho en volver, y me ha costado. Llamadlo falta de inspiración  o falta de energías. El final de curso fue duro, muy duro, por temas profesionales y por temas -familiares, y el cansancio físico y emocional que acumulé durante los últimos meses han sido los que han provocado que lo último que retomara fuera mi loco mundo desaforado.

Pero aquí estoy, de vuelta, un año más. En realidad, nunca me he quitado la costumbre de que el año comienza en septiembre, como los cursos escolares. Supongo que tendrá que ver con que viene después de las vacaciones, y ahí es cuando reflexiono cómo ha ido el año, qué cosas tengo que cambiar y qué cosas tengo que mejorar.

Dejando de lado las mejoras o cambios del lado profesional, en cuanto al personal, y para intentar evitar acabar como en julio, he tomado una serie de decisiones.

1. Ordenar mis prioridades: la balanza familia-trabajo no puede estar tan descompensada. En los últimos meses todo se había inclinado hacia el trabajo, porque la situación así lo requería. Hasta que empezaron a pasar cosas que me hicieron comprender que como mínimo hay que tenerla equilibrada y si tiene que tirar hacia un lado, que sea el familiar. Me cuesta mucho que pase esto, porque admito que cuando me centro en algún tema de trabajo, doy todo lo que puedo y más, aunque tenga que quitarlo de otro lado.

2. Cuidarme más, pensar un poco más en mí, no terminar agotada (o al menos intentarlo) todos los días, porque eso ayudará a que la balanza anterior esté más equilibrada. Comer mejor (que no más), moverme, andar, dejar de estar todo el día pegada a la silla.

3. Ser más ordenada en las tareas, organizar los temas que tengo que tratar y centrarme mucho más. No dispersarme. Os pondré un ejemplo: no puedo parar todo lo que estoy haciendo por contestar un correo que en realidad no es ni urgente, por cumplir. A partir de ahora, cada cosa tiene su horario: “mailing”, diseño, programación, reflexión…. antes trabajaba así y me funcionaba mucho mejor.

4. Perder menos tiempo en las redes (estoy ya lo estoy cumpliendo desde el verano): no desaparecer, pero teniendo tantos asuntos pendientes, dedicarle un ratito… no todo el día. Por lo mismo, porque si no me disperso y no rindo. Aprovechar los ratos de descanso, de espera, etc…

5. Seguir mi camino: este propósito es una de mis máximas, hasta hace un tiempo estaba mirando de reojo siempre lo que hacían los demás, grandes y chicos, si les iba mejor, etc… he decidido que no, que mi camino es el mío, no el de los demás, y seguiré el rumbo que llevaba, me da igual lo que hagan otros, lo que comenten, lo que piensen. Me equivocaré muchas veces, volveré atrás, rectificaré, me caeré y me levantaré, pero será mi camino, no el que las acciones de los demás me lleven coger.

prioridades

Respecto a ordenar mis prioridades, el blog es una de ellas, pero tengo que “colocarlo” en su sitio. El ritmo que llevaba al principio (de publicar todos los días) no puede seguir, porque al final se convierte en una obligación, a veces llego forzada y otras no llego, y lo que no quiero es dejaros medias.

He decidido que voy a publicar dos o tres veces a la semana. Como mínimo las secciones que más os gustan: Martes Deco y Jueves emprendedor. Os seguiré contando las propuesta que hago, las historias de otros y mi experiencia emprendiendo. Habrá otro día, si no siempre, casi siempre: con DIY, propuestas, cosas bonitas, planes…. os dejo que me ayudéis y me digáis de qué os apetece que hablemos….

Y para vosotros… ¿en septiembre también empieza un “nuevo año”?

¡Feliz Martes!