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La noche soñada

16/04/2014

Hoy vengo a hablaros de un libro, una recomendación para cuando queráis desconectar y os queráis olvidar durante un ratito del loco día a día.

Como os conté en este post del año pasado, desde que leí el primer libro de Màxim Huerta me enganché a su manera de contar las historias, así que cuando salió a la venta su último libro, La Noche Soñada, hace unos días no pude evitar hacerme con él. Quería guardarlo para desconectar en Semana Santa…. pero fui incapaz de aguantar. En cuanto lo tuve en mis manos me sumergí en él.

Como siempre, me enganchó desde el principio y consiguió que me sumergiera en sus historia, en sus paisajes y sus emociones, que desconectara de este ritmo loco del día a día emprendedor.

No os voy a contar la trama del libro, porque os lo chafaría, pero sí os voy a contar que habla de relaciones familiares, de noches mágicas, del mar, de barcos de papel, fotografía, de amor, de sueños y de cómo cambiar la manera en la que ves las cosas, simplemente cambiando el punto de vista.

Habla de inseguridades, de miedos y de que las cosas a veces no son como parecen.

Me quedo con una frase del libro con la que me identifiqué totalmente, porque creo en ella y en una de las claves de mi filosofía de vida.

Soñar debería ser una asignatura, somos, si somos persistentes, lo que soñamos

Me apetecía transmitiros esta cita, porque dice mucho del libro y porque quería que se os quedara grabada. Creo que todos deberíamos pensar lo mismo y saber que somos capaces de conseguir lo que queramos si luchamos por ello.

Podrá costarnos más o menos esfuerzo, tardaremos más o menos tiempo, pero lo conseguiremos, estoy segura.

Si todavía no tenéis claro cual va a ser vuestra lectura de estas vacaciones, aquí teneís mi propuesta: “La Noche Soñada” de Màxim Huerta.

¡Feliz Semana Santa!

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Una tienda en París o como ser valiente para cambiar de vida

15/04/2013

Una de las pocas cosas que me hace desconectar de la carrera constante en la que se ha convertido mi vida en estos últimos meses, es la lectura. Por eso de vez en cuando me obligo a tener un nuevo libro y a quitarme algunas horas de sueño para poder evadirme.

Yo soy de esas que se engancha a los libros, y lo lleva consigo a todas partes, para aprovechar cualquier mínimo rato libre para seguir leyendo. Pierdo horas de sueño pero gano en desconexión, y  esto de vez en cuando se agradece.

Cuando llegó la semana santa, y con el listado tan largo de “to do” que tenía para la vuelta, decidí que iba a buscar un buen libro para desaparecer, al menos durante unas horas.

Llevaba tiempo queriendo leerme “Una tienda en París” de Màxim Huerta.…sí, ahora me diréis algunos: “¿¿pero “ese” escribe?? ¿no es presentador de la tele?¿no era el de las noticias que se pasó al corazón? Pues sí, y más de uno seguro que pensáis… va, este que trabaja con Ana Rosa, seguro que “no vale pa’na” .

Pues estáis equivocados. Màxim lleva ya unos cuantos libros sobre sus espaldas, y os puedo decir que los he leído todos, aunque no por orden de publicación. Empecé con El susurro de la caracola, recomendado por una amiga, y con las mismas reticencias que seguro que tenéis algunos, y terminé enganchándome a su manera de escribir. A partir de ahí me los he leído todos, antiguos y nuevos.

Y sí, me han encantado.

Así que, Una tienda en París” era ir sobre seguro si quería desconectar y evadirme, desapareciendo del mundo real durante unas horas.

Me encantó el libro, es más, me lo leí en día y medio (cosas que puedes hacer en vacaciones), porque es uno de esos libros en los que el autor consigue transportarte al escenario del libro, en este caso, a París, y puedes con la protagonista, recorrer sus calles, disfrutar de su esencia, y además compartir sus emociones.

No os voy a contar el argumento en sí, porque creo que es un libro para leerselo y no quiero chafároslo, pero sí me gustaría que supierais que el trasfondo del libro va sobre segundas oportunidades en la vida, cómo cuando tu vida es gris y aburrida, puede llegar una señal que haga que decidas, de un día para otro, cambiarla. Màxim juega con metáforas sobre el color y que eres tú quien tiene que decidir en qué momento le tienes que dar color a tu vida.

Habla sobre ser valiente, y buscar tu propio camino cuando sientes que estás atascado en el que estás siguiendo, y como, si sigues tu corazonada, puedes coger el correcto, que te lleve a la felicidad.

Entendiendo que es una historia, y que no siempre, dejarlo todo y salir corriendo es tan fácil, pero me quedo con el concepto de luchar por lo que uno quiere, por lo que le gusta, y conseguir, al final, darte tú mismo el color a tu vida.

Como sabéis, yo llevo ya algún tiempo luchando por avanzar en ese camino, para conseguir inundar mi vida de color, y tengo la esperanza de que he elegido la ruta correcta, aunque de vez en cuando aparezcan obstáculos que quieran que frenes, hay que seguir luchando por conseguir aquello que crees que te llenará, e incluso, si te lo pide tu corazón, añadir nuevos proyectos y metas que creas que pueden ayudarte a traer ser un poquito más feliz.

¡Que tengáis un buen inicio de semana!