¿No os han pasado nunca que volvéis a ver a un amigo y solo con un abrazo suyo se te reconforta el alma? Pues yo he tenido la suerte de que sí, y además me pasara justo ayer.
Con los dedos de una mano puedo contar a esos amigos que puedes estar sin ver mucho tiempo y que cuando os reencontráis es como si solo hubiera pasado un día, y la única señal que hay de que ha pasado tanto tiempo son vuestros cambios físicos.
Cada vez que volvéis a veros os seguís sintiendo como si siguierais teniendo quince años y fuera el momento de compartir confidencias en es rincón, en vuestro lugar de reunión, aquel escalón, esa cafetería o en el banco del parque donde pasásteis muchas horas comiendo pipas. Da igual el camino que hayáis elegido cada uno, da igual que viváis cada uno en una punta de España. Da igual que llevéis muchísimo tiempo sin hablar, nada ha cambiado.
Solo con cruzar una mirada, solo con daros un abrazo, empiezan a pasar miles de recuerdos por vuestras cabezas. De repente recuerdas todos los momentos vividos juntos, los buenos y los malos, de repente piensas, porqué no hablaremos más a menudo, y luego piensas… que da igual, que sabes que siempre va a estar ahí, y que cuando os volváis a ver os volveréis a dar un abrazo, de esos que te reconfortan el alma.
De esos que te hacen olvidar todos los problemas, las cosas malas que pueden haber pasado en este tiempo sin veros, las cosas que no os habéis contado, y te dan energías para seguir adelante en tu día a día, con más fuerzas y más ganas de ser mejor persona.
Si todavía no has encontrado un amigo de esos, búscalo, te lo recomiendo, porque cuando más lo necesites aparecerá para darte ese abrazo que tanto te hace falta. Y si ya lo/s tienes, piensa en él/ella, mándale un mensaje, un abrazo virtual o lo que te salga del corazón. Seguro que también te reconforta el alma.
Cuéntame…¿dónde lo encontraste tú?