Vivir por y para los tutoriales DIY y las cosas hechas a mano tiene la ventaja de que puedes descubrir iniciativas muy chulas. Hace tiempo que sigo #elretopinterest de Scarlata y Señor don Gato, y este mes por fin he podido encontrar un hueco para prepararlo.
Cuando vi la temática de este mes, decorar calabazas, pensé que era una cosa que podía preparar con el nano y de paso pasar un rato divertido juntos “pintando con pinceles” que es lo que me pide siempre. Así que busqué un par de calabazas, una para él y otra para mí, y nos pusimos manos a la obra.
Donde compré las calabazas ya estaban pensando en nosotros y nos las trajeron preparadas para poder carvarlas y decorarlas.
El nano quería que fuera una calabaza con cara y yo tenía en mente algo más sencillo. La verdad es que entre los dos (con la inestimable ayuda de Mr. Desaforado en la parte del carvado) hemos conseguido tener una decoración bien chula para Halloween ¿no creeis?
La versión del nano es la calabaza clásica, la carvamos siguiendo los consejos de Anna de Fácil y sencillo. Los pasos son muy sencillos, pero hay que tener paciencia, sobre todo en el carvado y vaciado.
Para prepararla necesitamos:
- Calabaza más o menos grandecita
- Plantilla de la cara que quieres carvar
- Punzón
- Cutter
- Cuchillo
- Cuenco o bol
- Cuchara de helado
El proceso es muy sencillo:
– Pegar la plantilla y marcar su contorno con un punzón (y mucha paciencia). Esta parte es la que pueden hacer los peques tranquilamente, pero no olvides ayudarles sujetándoles la calabaza
– El siguiente paso es vaciar la calabaza. Tienes que hacer un círculo en la parte superior, quitar la tapa y empezar a sacar las semillas con la ayuda de la cuchara de helado.
– Una vez vacía, hay que quitar la parte que quieres que sea hueca con el cuchillo. Para zonas difíciles mejor apura con el cutter.
– Para terminar pon vaselina en la parte carvada, para retardar el que se estropee. Y por dentro un poco de agua con lejía con un pulverizador o un trapito ¡así te aguantará más!
¡Y ya tienes tu calabaza tradicional! Si ahora quieres darle un toque especial como hizo el nano, deja que se seque la vaselina y ya puedes empezar a pintar!!
Cuando llegamos a esta fase fue el momento de ponerme a decorar la mía.
Para darles un toque especial necesitamos:
- Calabaza carvada o sin carvar
- Pintura blanca y negra
- Purpurina dorada
- Brocha o pincel
En esta fase cada uno dio rienda suelta a su creatividad. El nano quería pintarle rayas negras, el rabo blanco y ponerle purpurina por arriba. Me encanta dejarle libertad para estas cosas, aunque admito que tuve que quitarle la purpurina porque se le iba de las manos. ¡La tapa está toda llena de purpurina! E incluso pintó y puso puso purpurina a una piña que teníamos por casa.
Al final el resultado fue mejor de lo que esperábamos ¡está hecho un artista!
Para mi calabaza, decidí que la quería en blanco y negro, y poco recargada.
El proceso fue muy sencillo:
– Empezamos pintando la calabaza completa de blanco. Hay que darle como mínimo dos capas para que cubra bien el color naranja.
– Una vez seco, se pinta el rabo y la parte superior de negro.
– Como quería que diera la sensación de salpicado, cogí la parte trasera de un lápiz, la mojé en pintura negra y dediqué un buen rato a hacer puntitos negros.
– Antes de que se seque la pintura negra (y por petición del nano por supuesto), hay que echar un poco de purpurina con la mano, como si estuvieras esparciendo sal.
Y en un ratito tienes tu calabaza lista ¡así de fácil!
La verdad es que este era nuestro segundo intento de decorar calabazas, el primero fue justo hace tres años en el arranque del blog, y lo hemos disfrutado muchísimo.
Además estamos muy contentos con el resultado ¡nos ha quedado una decoración terrorífica!