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A mi no me lo parece ¿O sí?

14/03/2020

No suelo hablaros de tan personales, pero hoy se celebra el día de las Altas Capacidades y he pensado que era el momento de hacerlo. Os cuento todo esto porque aunque nosotros tengamos la situación normalizada, estoy segura que muchos padres estarán ahora mismo en el punto en el que arranca esta historia, así que empecemos desde el principio.

“Perdona, queremos hablar con vosotros un momento”, me dice un día la profesora del nano hace ya algunos años. Yo me asusté, pensé que tenía algún problema en el colegio y en parte era así.

Nos dijeron que a la psicopedagoga del cole le había llamado la atención un dibujo muy complejo que había hecho y que sospechaba que el niño tenía Altas Capacidades y nos pedía permiso para hacerle las pruebas.

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niños

Los niños de tres años no son unos imbéciles

15/05/2014

Hace un tiempo leí un artículo en Sarah Fader que se titulaba “Los niños de tres años son unos imbéciles” (ahora lo han cambiado a los niños de tres años son unos cabrones, que para el caso es igual de despectivo). El artículo está publicado en el Huffington Post y en él esta “bloguera de paternidad” cuenta sus frustraciones hasta el punto de afirmar que “son los seres más insoportables de toda la Faz de la Tierra”

Cuando leí el artículo me indigné, yo tengo un niño de tres años en casa y no veo las cosas así, y hasta hoy no había encontrado el momento. Partiendo de la base de que no todos los niños son iguales, personalmente creo que la etapa de los tres a los cuatro años es maravillosa, porque es justo ese momento en el que pasan de ser bebés a ser “niños mayores”.

En el artículo dice que en cuanto cumplen los tres años, “se descontrolan y se asilvestran”.

No estoy de acuerdo. Cada niño es diferente, y estoy segura de que no todos se asalvajan, ni se convierte en robots que dicen que NO a todo. Todo lo contrario, a partir de los tres años puedes empezar a tener conversaciones con ellos, a intentar hacerles razonar y a llevarles por el camino por el que tienen que ir. Son miniadultos con lo que puedes pasar momentos geniales.

Los niños de tres años son curiosos y activos, todo lo quieren saber y todo lo preguntan ¿eso es malo? Yo creo que no.

niños curiosos

Soy consciente de que hay niños más rebeldes y otros más tranquilos, unos que obedecen más y otros a los que les cuesta, unos más maduros y otros menos. Es cuestión de personalidad, pero también de educación. Es cuestión de tener paciencia, intentar no perder los nervios y sobre todo que ellos no lo noten. Esta parte es muy importante.

El nano está más cerca ya de los cuatro (¡cómo pasa el tiempo de rápido!) y durante este año os puedo decir que he disfrutado de él, he visto como maduraba, cómo de repente hacía razonamientos de mayores de esos que te dejan con la boca abierta, o te traía un dibujo de esos que no podías creerte que lo había hecho él. ¡Hasta cómo escribía su nombre!

Para mí los tres años están siendo más fáciles (y menos agotadores) que los dos, en los que era más bebé y más dependiente. ¡No es Hace las cosas básicas solo y muchas veces somos un equipo. ¡¡¡Y eso me encanta!!

happy

El nano no pasa de todo como dice el artículo, es posible negociar con él y explicarle las cosas, no siempre conseguirás convencerlo, está claro, y se cogerá sus disgustos, pero en general no es tan difícil…. es cuestión de tener mucha paciencia y firmeza en tus palabras.

No voy a contaros que todo es maravilloso, por supuesto que de vez en cuando tiene una rabieta porque no quiere hacer lo que le dices o porque le regañas porque ha hecho una trastada. Es más, eso que dice en el artículo de que “Diga lo que le diga, no le importa una mierda”, en mi caso no es así. Tengo un niño al que le importa (y mucho) que le des tu aprobación y tu cariño, y lo valora y lo siente.

No todos los niños son desafiantes, ni se dedica a ser un unos “cabrones” con sus padres. No os lo creáis que no es verdad, os lo puedo asegurar.

Los niños son niños, van cambiando con el tiempo y tú tienes que ir adaptándote con ellos, creciendo con ellos. Puedes tener mala suerte, que te salga un niño “malo o cruzado” que haga que el día a día sea mucho más difícil…. pero también puedes tener suerte de que te salga un niño tranquilo y cariñoso, en el fondo todos tienen sus cosas buenas y sus cosas malas…. pero de ahí a generalizar como lo hacen el artículo….

¿Creéis que es justo meterlos a todos en el mismo bote? Yo no, lo tengo claro.

 

 

 

maternidad

Yo quiero lo mismo para él

18/02/2014

Dicen que cada paso que vamos dando en la vida desde que somos bien pequeños es lo que nos hace ser como somos hoy en día. Desde el domingo pasado llevo dándole vueltas al tema…

Imagen via Rowen & Wren

Tuve la suerte de poder estar en Alicante en la celebración del centenario de lo que fue mi colegio, el de mi padre y mis hermanos, y también de lo que fue mi centro juvenil, aquel en el que pase gran parte de mi infancia, de la obra Salesiana.

El poco rato que pude disfrutar de la celebración, me sirvió para, además de reencontrarme con viejos amigos, hacerlo también con una parte de mí misma que a veces se queda atrás en este ritmo loco que llevo.

Se dijeron muchas cosas ese día y se abrieron muchos recuerdos dormidos, pero me quedé con un rato que tuvimos de reflexión en el que se nos invitó a pensar en aquellas personas que han pasado por nuestra vida a lo largo de estos años, algunas presentes, otras ausentes, algunos que siguen en mi vida hoy, otros que sabes que están siempre ahí aunque sea en la distancia, y otros que estuvieron y pasaron de largo, dejándote huella. Ellos son las que nos han ido haciendo, paso a paso, momento a momento, a convertirnos en lo que hoy somos.

Imagen via Rowen & Wren

Me encantó ir recordando mientras escuchaba, a aquellos con los que compartí sonrisas y con los que fui creciendo. Me sirvió para pensar en lo que han influido en lo que ahora soy y en lo que quiero ser, como persona, como profesional y como madre. Me sirvió para pensar también en lo que me gustaría que viviera mi hijo y en lo que quiero ayudarle yo. En lo que tengo que cambiar y en lo que tengo que mejorar.

Ojalá él algún día pueda reflexionar y decir, como digo yo ahora, que mis padres tomaron una buena decisión llevándome al colegio que me llevaron y dejándome disfrutar de las experiencias que en esa gran familia disfruté. Me gustaría que dentro de unos años tuviera tan buenos recuerdos como tengo yo de esos momentos y que alguien le transmitiera los mismos valores que me transmitieron allí. Aunque no sea en el mismo entorno, aunque no sea en la misma ciudad, pero que lo consiga. Que algún día mezcle la sonrisa con las lágrimas de emoción cuando recuerde su infancia, los momentos que vivió, que está viviendo ahora y los que le quedan,porque eso quiere decir que se ha quedado con lo bueno y lo más importante, que fue feliz.

¿O no querríais vosotros eso para vuestros hijos?