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De maternidad y proyectos importantes: operación pañal

06/02/2013

Aviso para navegantes…. este post es largo largo…de vez en cuando toca hablar de maternidad y en temas como éste una necesita un desahogo.

boton blog niñosÚltimamente tengo un proyecto entre manos muy muy importante y que me está requiriendo mucha concentración. El proyecto en cuestión se inició hace ya algunos meses pero se vio interrupido por el mes de locura-eventos-reunionessinparar.

El proyecto en cuestión se llama “QUITALE EL PAÑAL AL NANO” y ha pasado por muchas fases. Ahora mismo ya está en fase de ejecución-casi finalización, aunque no nos han dado el final de obra, pero estamos en ello.

Quería contaros la experiencia porque creo que le puede venir bien a mucha gente cuando no sepa qué hacer, cómo empezar….

Admito que es un tema que hemos ido alargando un poco por pereza, un poco por escrupulosos… el sr. Desaforado y yo hemos llevado regular el tema pañal. Por mucho que mi madre diga “¡pero si es de tu hijo!”, da igual, me da el mismo asco (yo creo que a él más). Llamadme malamadre o lo que queráis, pero ciertos olores me revuelven el estómago… así que lo llevo fatal. Pero bueno, al final es lo que hay y terminas acostumbrándote (más o menos). Eso no quita que si alguien se ofrece gustosamente a cambiar un “marrón”, como lo llama el nano, no le conceda el capricho 😉

Así que imaginaros, si cambiar un pañal nos revuelve el estómago, pensar en ir limpiando marronesyamarillos de la ropa o del propio orinal nos ha hecho alargar el tema… eso y que en el cole nos decían que no estaba preparado (eso es otro tema que ya os contaré, porque da para dos o tres post).

En nuestro caso, empezamos por comprar un orinal, el de Ikea. Intentamos sentar al nano allí, pero se clavó el bordecillo de fuera y nunca más se ha querido sentar en él. Ale, primera metida de pata. Esto fue antes del verano, así que decidimos darle tiempo. Lo volvimos a intentar en la playa, pero ni quería sentarse, ni hablaba casi para decirnos si quería algo. Difícil difícil.

Al volver a la rutina, volvimos a intentarlos, pero esta vez fuimos con él a comprarlo. Eligió uno tipo inodoro, azulito y bien cómodo, el Potty Pot, de Bebedúe. Hasta tiene un botón con música que le encanta. Eligió bien. Era cómodo y se quería sentar, incluso pasar largos ratos leyendo cuentos sentado allí, debe ser por influencia del guaje. Poco a poco lo fuimos consiguiendo…

La fase 3 estaba por comenzar: el momento calzoncillos fue lo clave.. tuvimos que decirle que su padre y su abuelo los llevaban y al final terminamos convenciéndolo. A partir de ahí, ha estado un més y pico un ratito sin pañal todas las tardes, aunque admito que con todo el lío de eventos+viajes+navidades, no hemos sido muy constantes. El pobre se sentaba a veces, otras se lo hacía encima… un lío.

Empezó enero y dijimos: vamos a intentarlo, pero de verdad. Y empezamos a ser más constantes. Nos dijeron en una charla en el cole que empezáramos poco a poco, primero 10 min, luego 20… hasta que él se diera cuenta de lo que era hacer pis y empezar a hacerlo donde debía. Y decidimos hacerlo así…. y parece que ha funcionado!!

El problema lo teníamos en el cole. Según su profe, no estaba preparado. Ella lo sentaba y no hacía nada, incluso le costaba sentarlo. Y en casa al revés, no había problema. Tras una charla con ella en la que tuvimos nuestras diferencias de opiniones (cómo me acordé de la madre del gremlin y sus diferencias con las profes), ella quería que paráramos, que volviéramos atrás, pero a nosotros nos pareción que era liar más al nano. Al final, aprovechando que ha estado muchos días en casa malito y hemos aprovechado para “entrenar”, ha cedido, y el viernes decidimos las dos, de mutuo acuerdo, “darlo todo” el lunes.

Y casi casi lo conseguimos. La fase A (entiéndase como fase líquida) está superada, no se lo ha hecho encima ningún día desde la semana pasada,  es consciente de dónde tiene que hacerlo. Un pasito más en esta carrera!!!

Estamos trabajando la fase B (la olorosa). Esta la llevamos peor…hasta ayer, no avisaba, en realidad creo que no se daba cuenta, y claro, todo encima… mi vena más escrupulosa ha salido en estos momentos, pero he luchado contra ella y por ahora estamos en tablas…

Ayer por la noche fue el momento… se me ocurrió decirle, si lo haces en el wc ¡¡¡te regalo lo que quieras!! Nos sentamos, le expliqué ciertos puntos (que no voy a detallar…) y después de cuatro cuentos ¡lo consiquió! Lo alabé, le dije que era muy mayor, que estaba muy orgullosa -y emocionada ay ay ay-

Cuando terminó le dije: “¿qué quieres de regalo?” Él contestó: “Mamá, una casa con jardín” …. pues estamos apañaos, a ver de dónde saco yo un jardín 😉

Como no monte uno de estos en casa a ver de dónde saco el jardín…

¡Feliz miércoles!

Ah! podéis leer más experiencias pañaleras en el blog de Peineta, que hace un compendio de otras madres que ha superado esta etapa, por si os sirve de ayuda!