Llevo un tiempo enamorada de los vinilos de Chispum, y el otro día, cuando visité älva, una tienda chulísima de ropa de niños, y los vi insitu, me gustaron mucho más. Ya estoy estudiando todo su catálogo para ponerle uno en la nueva habitación del nano. Me encantan todos, pero tengo que estudiarlo muy a fondo porque tengo un gran problema en casa: tenemos gotelé.
Gotelé, ese gran enemigo de vinilos, pegatinas, etc (y de mi gusto estético), pero es que es lo que hay… en su momento no nos animamos a alisarlo, y así se ha quedado por ahora.
Cuando nació el nano y le decoramos su trocito de habitación, yo que soy así de cabezona, pues dije, quiero un vinilo infantil. Y como me encantan las estrellas, luna etc… y el cuento del principito, terminé encargando éste de My vinilo:
Como veis, era pequeñajo, le quedaban 3 pelos, y no se aguantaba recto (no ha llovido desde entonces….) Pero la verdad es que el juego de la lámpara de luna y el principito con sus estrellas quedó genial ¿no?
Pros y contras:
Al tener una superficie tan grande de pegatina (el planeta con la frase), se iba despegando poco a poco, y abombándose. Consecuencias: con el calor del verano, porque está en una pared exterior, el vinilo grande se cayó del todo… Las letras y los dibujos pequeños aguantaron.
Pero como una es muy apañá, pensé: ¿y si recorto el planeta y dejo solo lineas finas? Si lo demás aguanta ¿porqué no?
Y el apaño fue el siguiente:¿No queda mal no? Estas fotos son de ayer mismo, año y pico después del apaño y ahí está, sin despegarse…
Así que ya sabéis, si tenéis gotelé podéis poner un vinilo, pero de líneas o dibujos pequeños, para que no se despegue. Y si no os atrevéis, siempre tendréis una puerta de armario sobre el que ponerlo 😉
Por cierto, el cuadro es un regalo de nacimiento de nuestra amiga Bea, ¿no es una pasada?