Como os decía el viernes pasado, mis planes para el finde era ir a una boda muy muy especial, la de dos enfermeros muy queridos para mí a los que les diseñé las invitaciones que curan…
Ellos han llevado a toda su boda la idea de curar, ya que es su filosofía de vida, y por eso os quiero traer algunos de los detalles que tuvieron en la celebración.
La verdad es que la boda en sí me ha traido muchos recuerdos, ya que ha sido un dejavu de la nuestra, y todo todo todo, hasta la felicidad de la novia, me recordaba aquel momento tan especial en la vida.
Empezamos por el entorno donde la celebró, un espacio bañado por el Mediterráneo y presidido por el Benacantil, para mí no existe un lugar mejor!!
Sentilmentalismos a parte, os enseño los detalles “que curan”. Para los despistados, os cuento que como ellos son enfemeros decidimos que la invitación iba a ser una receta médica, y éste fue el resultado.
Para darle un toque más personal y divertido, les diseñé unos “muñecajos” vestidos de enfermeros, que sería ellos mismos, y servirían para identifica su firma-logo en toda la boda.
En primer lugar, las banderolas que marcaban las mesas iban marcadas con el muñegote de él o de ella, según la “procedencia” de los invitados.
Aquí tenéis la de una mesa por parte de la novia:
o por parte del novio
Los detalles para los invitados estaban decorados con unas etiquetas del mismo color que las invitaciones, marcadas con un sello de caucho que hicimos con su logotipo. Además, como las invitaciones iban cerradas con un washi morado y verde, imitando una tirita, los regalos estaban envueltos en esta gama de colores.
Y en último lugar, me encantó que llevaran al extremo la idea de que su boda cura todos los males, como detalle nos regalaron las pastillas contra el dolor ajeno, además de una rosa preciosa para nosotras.
