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Los niños de tres años no son unos imbéciles

15/05/2014

Hace un tiempo leí un artículo en Sarah Fader que se titulaba “Los niños de tres años son unos imbéciles” (ahora lo han cambiado a los niños de tres años son unos cabrones, que para el caso es igual de despectivo). El artículo está publicado en el Huffington Post y en él esta “bloguera de paternidad” cuenta sus frustraciones hasta el punto de afirmar que “son los seres más insoportables de toda la Faz de la Tierra”

Cuando leí el artículo me indigné, yo tengo un niño de tres años en casa y no veo las cosas así, y hasta hoy no había encontrado el momento. Partiendo de la base de que no todos los niños son iguales, personalmente creo que la etapa de los tres a los cuatro años es maravillosa, porque es justo ese momento en el que pasan de ser bebés a ser “niños mayores”.

En el artículo dice que en cuanto cumplen los tres años, “se descontrolan y se asilvestran”.

No estoy de acuerdo. Cada niño es diferente, y estoy segura de que no todos se asalvajan, ni se convierte en robots que dicen que NO a todo. Todo lo contrario, a partir de los tres años puedes empezar a tener conversaciones con ellos, a intentar hacerles razonar y a llevarles por el camino por el que tienen que ir. Son miniadultos con lo que puedes pasar momentos geniales.

Los niños de tres años son curiosos y activos, todo lo quieren saber y todo lo preguntan ¿eso es malo? Yo creo que no.

niños curiosos

Soy consciente de que hay niños más rebeldes y otros más tranquilos, unos que obedecen más y otros a los que les cuesta, unos más maduros y otros menos. Es cuestión de personalidad, pero también de educación. Es cuestión de tener paciencia, intentar no perder los nervios y sobre todo que ellos no lo noten. Esta parte es muy importante.

El nano está más cerca ya de los cuatro (¡cómo pasa el tiempo de rápido!) y durante este año os puedo decir que he disfrutado de él, he visto como maduraba, cómo de repente hacía razonamientos de mayores de esos que te dejan con la boca abierta, o te traía un dibujo de esos que no podías creerte que lo había hecho él. ¡Hasta cómo escribía su nombre!

Para mí los tres años están siendo más fáciles (y menos agotadores) que los dos, en los que era más bebé y más dependiente. ¡No es Hace las cosas básicas solo y muchas veces somos un equipo. ¡¡¡Y eso me encanta!!

happy

El nano no pasa de todo como dice el artículo, es posible negociar con él y explicarle las cosas, no siempre conseguirás convencerlo, está claro, y se cogerá sus disgustos, pero en general no es tan difícil…. es cuestión de tener mucha paciencia y firmeza en tus palabras.

No voy a contaros que todo es maravilloso, por supuesto que de vez en cuando tiene una rabieta porque no quiere hacer lo que le dices o porque le regañas porque ha hecho una trastada. Es más, eso que dice en el artículo de que “Diga lo que le diga, no le importa una mierda”, en mi caso no es así. Tengo un niño al que le importa (y mucho) que le des tu aprobación y tu cariño, y lo valora y lo siente.

No todos los niños son desafiantes, ni se dedica a ser un unos “cabrones” con sus padres. No os lo creáis que no es verdad, os lo puedo asegurar.

Los niños son niños, van cambiando con el tiempo y tú tienes que ir adaptándote con ellos, creciendo con ellos. Puedes tener mala suerte, que te salga un niño “malo o cruzado” que haga que el día a día sea mucho más difícil…. pero también puedes tener suerte de que te salga un niño tranquilo y cariñoso, en el fondo todos tienen sus cosas buenas y sus cosas malas…. pero de ahí a generalizar como lo hacen el artículo….

¿Creéis que es justo meterlos a todos en el mismo bote? Yo no, lo tengo claro.

 

 

 

DIY, niños

DIY: Calendario de Adviento

27/11/2013

De vez en cuando, cuando menos te lo esperas, alguien tiene un detalle contigo que consigue que te saque una sonrisa, a veces cuando más falta te hace. Eso me pasó hace unos días (en pleno momento off) cuando recibí un paquetito de Olga, de Selfpackaging, con el Kit para preparar un Calendario de Adviento y un mensajito muy chulo.

Los que sois habituales de mis talleres, sabéis que siempre suele haber alguna cajita de Selfpackaging, o para decorar con los washis, papeles, etc o para entregaros un detallito, lo cual quiere decir que considero sus productos un must en mi día a día de DIYer, sin ánimo de peloteo ¿eh? Sabéis que yo soy bastante sincera en estas cosas, lo bueno, lo que me gusta es lo que es, y se me nota 😉

El fin de semana pasado por fin pudimos sentarnos el nano y yo a prepararlo. Él no sabía ni lo que estábamos haciendo, pero cogió la propuesta con mucha ilusión, y hoy por fin, vuelvo con un DIY para que veáis cómo lo hemos hecho y cómo ha quedado. ¡Esperamos que os guste!

calendario00

Los materiales con los que me proponía arrancar Selfpackaging eran:

calendario01

etiquetas blancas / figuras de fieltro / números troquelados / grises / estrellas blancas / cIrculos festoneados / cordel

A ésto, nosotros le añadimos algunas herramientas más para llevarlo a cabo: algunos washis con tonos navideños (imprescindibles en nuestras vidas), una tinta roja, el sello navideño que nos han regalado en Quilez Stamps para Handbox ,  una perforadora, unos sobres de papel blancos, cinta de doble cara de Pentel y unas pajitas de colores. Aprovechando que estábamos en la sierra, hicimos una miniexcursión para buscar ramas que luego serían la base de nuestro calendario.

Cuando trabajas con niños, el orden no es siempre el que tú quieres, y el nano decidió que quería empezar por colocar los números (a su manera) y prepararse todos los materiales que íbamos a utilizar.

calendario02

El siguiente paso era preparar los sobres que llevarán las sorpresas en el calendario, para eso los sellamos y elegimos lo que queríamos meter dentro: premios en forma de chocolate y unos objetivos a cumplir para conseguir el premio. Aprovechando que los materiales de Selfpackaging venían muy bien preparados con su cartoncito, reutilizamos ese cartón para apuntar los objetivos. El premio serán reyes de chocolate, mmmmm

calendario03

La siguiente fase era preparar los números que iremos quitando todos los días, hasta ir llegando a los sobres, que los hemos puesto cada 6 días (uno a la semana más o menos). Para ello utilizamos las etiquetas, los círculos y un pequeño toque de washi tape.

Para pegarlo todo, la maravillosa cinta de doble cara de Pentel, que desde que la hemos descubierto nos hemos olvidado del pegamento de barra.

calendario04Y la última parte era colgarlo todo en las ramas que habíamos traído de la sierra, colocar los regalitos dentro y a la entrada de casa para ser protagonista de estas fiestas. Las ramas las colocamos en un jarrón-probeta que teníamos en casa, cada una en un recipiente para dar volumen al árbolito.

calendario05

Ah! para darle un toque especial, decidimos preparar unas varitas mágicas con las estrellas blancas y unas pajitas. En ellas hemos puesto los nombres de toda la familia. En cada una de ellas apuntaremos un deseo para que se les cumpla durante estas fiestas, y las pasemos todos con alegría, y las he colocado en este jarrón geométrico que compré a Lydia de Maow hace tiempo.

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Y para terminar, solo queda esperar al día 1 para que empiece el adviento y que se cumplan todos los buenos deseos, y los objetivos que hemos puesto para el nano 😉

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¿Qué os parece nuestro árbol-calendario de Adviento?

desaforos, niños

El momento más feliz de mi vida

08/11/2013

Últimamente estoy pasando una temporada muy mala, emocional y físicamente. He pasado del ritmo acelerado de vida, porque tenía (y tengo, que eso no se ha ido, por suerte) mucho trabajo, a parar en seco e ir a cámara lenta… no os preocupéis, que no es nada grave, es algo de lo que, poco a poco, me iré reponiendo y volviendo al ritmo normal.

¿Y porqué os cuento esto si os iba a hablar del día más feliz de mi vida? Para que entendáis, en primer lugar, mi ausencia del blog, ya que cuando estas en momentos bajos, o escribes para contar penas, o te las guardas y no escribes. Yo he decidido tomar el segundo camino. Sé que los que me seguis desde siempre, sabréis esperar… porque es lo mejor de todo este mundo loco del 2.0. que siempre estáis ahí, e incluso encuentras personas que, en los peores momentos, se convierten en tu apoyo y tu ángel de la guarda.

Como titulaba este post, os quería contar el momento más feliz de mi vida. No es que sea el MÁS, pues por suerte he tenido muchos y no son comparables, pero sí el último más feliz. Y es que cuando estás en un bache, como yo lo estoy en estos últimos días, un pequeño detalle te puede dar la felicidad en un instante.

Igual a algunos os parecerá una tontería… pero para mí fue un momento muy importante….

ivan

8.55 de la mañana. Salimos el nano y yo corriendo del coche porque llegábamos justitos al cole. De repente se para en seco antes de llegar al semáforo por el que se cruza a su cole, se gira hacia mí y me dice: “Mamaaaaaa, TE QUIERO mucho”. Así, sin venir a cuento, sin pedirle nada, simplemente porque le apetecía.

Seguro que los que sois padres entenderéis la sensación, si alguna vez os ha pasado. Para mí, un momento como este, me cura todas las penas, hasta las más gordas.

Y sí, puedo deciros que fue uno de los momentos más felices de mi vida.

¿Os ha pasado algo así alguna vez?

Espero que difrutéis del fin de semana, yo voy a disfrutar de sus sonrisas y sus trastadas, que lo curan todo.

¡Feliz fin de semana!

desaforos, niños

El momento más feliz de mi vida

08/11/2013

Últimamente estoy pasando una temporada muy mala, emocional y físicamente. He pasado del ritmo acelerado de vida, porque tenía (y tengo, que eso no se ha ido, por suerte) mucho trabajo, a parar en seco e ir a cámara lenta… no os preocupéis, que no es nada grave, es algo de lo que, poco a poco, me iré reponiendo y volviendo al ritmo normal.

¿Y porqué os cuento esto si os iba a hablar del día más feliz de mi vida? Para que entendáis, en primer lugar, mi ausencia del blog, ya que cuando estas en momentos bajos, o escribes para contar penas, o te las guardas y no escribes. Yo he decidido tomar el segundo camino. Sé que los que me seguis desde siempre, sabréis esperar… porque es lo mejor de todo este mundo loco del 2.0. que siempre estáis ahí, e incluso encuentras personas que, en los peores momentos, se convierten en tu apoyo y tu ángel de la guarda.

Como titulaba este post, os quería contar el momento más feliz de mi vida. No es que sea el MÁS, pues por suerte he tenido muchos y no son comparables, pero sí el último más feliz. Y es que cuando estás en un bache, como yo lo estoy en estos últimos días, un pequeño detalle te puede dar la felicidad en un instante.

Igual a algunos os parecerá una tontería… pero para mí fue un momento muy importante….

ivan

8.55 de la mañana. Salimos el nano y yo corriendo del coche porque llegábamos justitos al cole. De repente se para en seco antes de llegar al semáforo por el que se cruza a su cole, se gira hacia mí y me dice: “Mamaaaaaa, TE QUIERO mucho”. Así, sin venir a cuento, sin pedirle nada, simplemente porque le apetecía.

Seguro que los que sois padres entenderéis la sensación, si alguna vez os ha pasado. Para mí, un momento como este, me cura todas las penas, hasta las más gordas.

Y sí, puedo deciros que fue uno de los momentos más felices de mi vida.

¿Os ha pasado algo así alguna vez?

Espero que difrutéis del fin de semana, yo voy a disfrutar de sus sonrisas y sus trastadas, que lo curan todo.

¡Feliz fin de semana!

emprende, niños

Conciliación y emprendimiento

17/07/2013

El otro día me preguntaba una amiga: ¿y tú cómo lo haces? Sacar dos negocios adelante y además estar con el niño ahora que no tiene colegio….

Mi respuesta fue muy sencilla: “Como puedo”, lo que significa “quitándome horas de sueño para poder trabajar y estar con él a la vez”. Me apetecía contaros esto porque muchos se piensan que por trabajar para uno mismo tienes más libertad, trabajas menos y puedes compatibilizarlo mejor. Sí y no.

De trabajar menos nada, os puedo asegurar que cuando tienes tu propio negocio, trabajas muchísimas más horas que cuando lo haces para otros, principalmente porque no te sientes capaz de desconectar.

Cuando trabajas para otros y sales de la oficina, desconectas, te olvidas, y te centras en tu vida personal. Trabajar para uno mismo es diferente, tienes una responsabilidad implícita que te impide desconectar al 100% de todo, y menos en la era de los dispositivos móviles, en la que, o apagas el móvil, el ipad y las 300 maquinitas en las que tienes configurado el correo y las redes sociales, o no puedes desconectar.

Para poder compatibilizar el nano con el trabajo en verano, me levanto muy temprano, y cuando digo muy es MUY, y como tengo la suerte de que él no madruga, tengo hasta que se despierta (11 y algo) para trabajar tranquilamente. Para mí es el mejor rato del día: café, tostada y un buen rato de trabajo en silencio. Contesto correos, escribo un post, diseño un rato, etc … hasta que llegó la hora de despertarse.

verano

Tengo la suerte de que es de reacción lenta, desde que desayuna, ve los dibujos un rato y trabaja con mamá (entiendase trabajar por colorear un rato, pegar washis y jugar con el ipad a mi lado) me da un margen de un par de horas, hasta que llega el momento piscina…. ese rato se lo tengo que dedicar a él, aunque cuando está entretenido con algún amigo, aprovecho para contestar redes sociales etc, porque aunque no os lo creáis en la piscina ¡¡¡es donde mejor tengo cobertura!!!

El resto del día, comer juntos y mientras él duerme la siesta (que tengo la suerte de que todavía lo hace), seguir trabajando, hasta la hora de despertarse, merienda, piscina otra vez y a volver a trabajar un rato después de cenar…. sumadas las horas, os puedo asegurar que son más que una jornada laboral normal, pero a trompicones claro…. es importante para rendir, organizarse las tareas por tiempos y dedicar cada rato que tienes a algo en concreto

Esta es mi conciliación…. y la verdad es que aunque las horas de sueño son pocas, merecen la pena el esfuerzo porque él te diga “Mamá, me encanta trabajar contigo”.

 ¿Y vosotros? ¿Cómo os organizaríais?