Como sabéis, desde hace ya uno tiempo estoy inmersa en este mundo de “emprender”, pero sobre todo, con este segundo proyecto emprendedor, Handbox, me he dado cuenta de que necesitaba mucha más formación sobre negocios de la que tengo, una puede ser autodidacta, leer y escuchar mucho, pero hay cosas que solo se aprenden en clase.
Por eso, siempre que puedo, intento acudir a un curso, un encuentro emprendedor, o cualquier evento que pueda enriquecerme profesionalmente. Todo en su justa medida, como bien me recomendaron los expertos de Madrid Emprende. Tampoco es plan de descuidar el negocio para estar en todos los saraos ¿no?
A lo que iba, esta semana estoy haciendo un curso en el que se están tratando muchas cosas de las que necesito refuerzo y formación. Es un curso un poco abierto, en la que te encuentras muchos tipos de emprendedores: desde personas que van solo con su idea y todavía no han lanzado el producto, hasta personas con mucha experiencia. Y también es un curso en el que se te valora como emprendedor, a la persona y al proyecto, tu esfuerzo, etc, para poder optar a un concurso (un poco farragoso, pero es así).
Pues en este curso lo que me he encontrado una situación que me ha llamado la atención y que quería contaros para que me dierais vuestra opinión, a ver si estáis de acuerdo conmigo.
Cuando hicimos la ronda de presentación, cada uno contaba su proyecto, la fase en la que estaba, se le hacían preguntas, se le cuestionaban cosas, etc. Me tocó presentar la primera, y como ya voy cogiendo carrerilla, no hubo problema. Conté el proyecto, su nombre, de qué iba, etc… lo que dio tiempo en los 2 minutos que teníamos.
Siguió una chica que tenía una idea muy buena, pero solo era una idea, así que su tiempo fue más para cuestionarle cosas y ayudarla a centrarse, animarla, etc.
En tercer lugar estaban dos chicos, encorbatados, repeinados… que incluso me sonaban de algo, seguramente de algún networking en el que no llegamos a hablar…. Empezó a hablar uno de ellos, y dedicó los 2 minutos a contar su currículum, su experiencia de más de 15 años, lo bueno que era, lo maravilloso que era su proyecto, y que él estaba allí por llegar al concurso, no por aprender, porque formación y experiencia tenía de sobra. Le faltó hacerse fotos con el móvil y subirlas cual egoblogger, en plan “que guapo soy y que tipo tengo”. Este podría ser el kit de todo lo que dejó encima de la mesa (me falta el ipad).
Después de su maravillosa egopresentación, el profesor del curso le preguntó por su proyecto/empresa. Y ahí vino la gran actuación: que si era una aceleradora de emprendedores, que si nos podían ayudar, que si íbamos a tener muchísimas ventas. Todo eso mirándome a mí, cual comercial que encuentra su presa y quiere venderle la moto.
No dijo el nombre del proyecto, por cierto. El suyo sí claro, faltaba más. Y llegó el momento en el que el profesor le cuestionó cosas – oh gran error– Empezó la discusión porque a él nadie le podía cuestionar nada, porque era todo buenísimo y maravilloso y seguro que iba a triunfar en la vida.
Después de estar mucho rato “luchando” contra su ego, el “pobre profesor” (entiéndase por pobre un gran experto en el tema,con muchos contactos, influencias, un crack vamos), solo le decía, “Vamos a ver, que no te digo que no sea bueno el proyecto…. pero que tiene fallos, seguro.”, terminó diciéndole que en dos años le contara quien tenía razón.
Finalizada la batalla, pudimos retomar las presentaciones, en las que encontré desde un chico sin formación, pero con ilusión y muchas ganas de ir poco a poco, hasta una persona que había tenido un alto cargo en una empresa y que ahora se estaba reinventando creando un proyecto totalmente acorde consigo mismo.
No sé si el egoemprendedor será seleccionado para el concurso por su maravilloso proyecto y currículum, o no, pero desde mi punto de vista, en esta vida es muy importante la humildad y el saber admitir que todos somos humanos y podemos cometer errores, y que siempre habrá alguien mejor que nosotros. ¿No creeis? Es no quiere decir que te infravalores y vayas de pobrecico por ahí, pero tampoco de sobrado.
Si así vende su vida y su proyecto, a mí por lo menos, no me va a conseguir como cliente con esas formas….
¿y a vosotros?
¿Valoráis el que la persona se venda bien y no se le pueda rebatir o pensáis que hay que ir con humildad por la vida?
8 Comentarios
Me ha encantado tu post y a la vez me ha puesto un poco nerviosa asi que no me quiero imaginar como lo vivistes tu. Y por supuesto hay que ser humilde yo es que reconozco que lo soy en exceso y deberia alguna veces creermelo mas, en el fondo este chico me da envidia jejejeje, pero pienso que hay que tener humildad porque mediante el intercambio se opiniones puedes darte cuentas de cosas que tu al estar tan metido en tu idea es posible que hayas pasado por alto.
Yo creo que puedes demostrar seguridad sin pasarte de “presumido” , yo en muchas cosas puedo ser insegura, pero he aprendido a que no se me note, te animo a hacerlo! Ya os contaré como se porta hoy 😛 un beso
Humildad, siempre humildad. Yo he vivido una situación parecida en un máster que cursé. Éramos 20 personas, químicos, ingenieros industriales, ing. Químicos, ing. Obras públicas y un chico de Ciencias Ambientales. Éste último se presentó contándonos sus méritos y menospreciando a los que habíamos hecho la carrera en más de los 5 años estipulados, era el más joven y.no tenía experiencia laboral ninguna, pero él se creía un sabio y un portento en todo aquello que nos enseñaron en el máster.
Nunca llegó a trabar amistad con ninguno de nosotros, discutió con todo profesor experto que nos dio clase, la empresa en la que hizo sus prácticas no sabía cómo quitárselo de encima, rechazó ofertas de prácticas por considerarlas inferiores a su categoría…un caos de chavalín con el ego subido.
Ni que decir que 3 años después del máster me ha hecho llegar su currículum para que le ayude a encontrar trabajo. Se vende como experto y asesor en la materia, sin tener ninguna experiencia laboral y con 25 añitos. No le veo mucho futuro en el mercado laboral, vaya joya de experto.
De vez en cuando la vida coloca a cada uno en su sitio…¿no crees?
Curioso, muy curioso. Leyéndote podría decir “pobre tío que le den” perooooooo hay un gran punto y radica en creérselo…fallos tenemos TODOS y emprender no es fácil…muchas veces resulta mucho más inseguro el que va de sobrado que el más tímido…es difícil juzgar…sólo el tiempo dirá y sólo él sabrá si saca lo mejor de si y su proyecto escuchando a los demás y “puliéndose” o si prefiere hacer oídos sordos 😛
Sin embargo qué personaje te gustaría ser a ti? el tímido que la gente diga pufff ¡ni cómo! o el “egoemprendedor” que la chulería muchas veces llama la atención y curiosamente vende aunque nos pique 😛
Un besote desmadroso
La verdad es que ser como él, no quiero.Nunca me ha gustado ese tipo de gente y no me gustaría ser como él, lo que no quita que tenga claro que hay que mostrar seguridad pero no hasta el punto de repeler a los demás, siempre se puede llamar la atención demotra manera ¿no?
Bsss
Yo no soporto a los que van de listos, inteligentes y sobrados por la vida, porque siempre y digo siempre en el mas amplio sentido, vamos aprendiendo, incluso de la persona mas sencilla y humilde, sin preparación.
La lástima es que esas personas, que efectivamente están muy bien preparadas, no tienen buen final, a no ser que tengan un golpe de suerte.
Lo mejor es ser humildes, sin pasarse, claro. Pero asumiendo que no podemos saberlo todo.
Además, en un sitio donde se va a presentar proyectos, lo primordial es eso, el proyecto en si.
Pues yo intento ser humilde, de hecho creo que me sale de manera natural porque siempre he sido así. Creo que es lo correcto, pero (y esto me lo pregunto mucho) es lo que debo hacer?. Porque me he encontrado muchas veces y cada vez más, que yendo de humilde te llueven los palos. Sinceramente, en este “mundo de emprendedores” hay muchos “falsos humildes”, gente que va de buen rollo pero les rebosa la prepotencia. Yo quiero pensar que es miedo a la competencia e inseguridad lo que alimenta a los egoemprendedores, y puede que me equivoque, pero tanto el mundo real como el 2.0. está lleno de ellos, y cada vez más.
Y esta es “mi humilde opinión”, porque soy como soy y no me sale otra cosa. Aunque a veces pienso que sería mejor ser más egocéntrica y escupir sin medida mis virtudes 😛
Un abrazo.